Chocomilk con un buen habano

Por Eduardo De Luna (que piensa seriamente en usar un seudónimo)


Bueno, después de algunos meses de estar retirado oficialmente de la vagancia, he decidido reincorporarme para no perder el gusto por las cosas buenas de la vida, como ya sabrán mis lectores estas se remiten a 2 cosas, alcohol, rock n´roll y nenas, suena muy trillado pero así es, tan simple y vana es mi vida que es lo que me llena, soy un asco, lo sé.

Despierto como es costumbre en esta nueva etapa de mi vida, a mediamañana y con algo de hambre, pero escojo un cigarrillo pues hasta anoche el refrigerador solo tenía agua, ya que mi nueva compañera de cuarto ha decidido no comprar cosas comestibles y entregarse a la bulimia, solía disfrutar su vómito, especialmente durante el apareamiento, pero la rutina termina jodiéndolo todo, en especial el asunto ese del pollo, ¿quieren saber lo del pollo?

1.- La triste historia del pollo: Tania, que es mi nueva compañera (roomie como le gusta nombrarse) tiene un poco de problemas de desequilibrio, es bulímica, pero resulta que de un tiempo a la fecha, ya no le era tan fácil vomitar después de comer, se le dificultaba, eso, aunado a las épocas de frío, irremediablemente incurrían en unos gramos más a su escuálido cuerpo (a mí nunca me ha preocupado que una mujer sea flaquita, realmente lo disfruto), para no hacer el paseo tan largo, platicando conmigo me inquirió:

"oye, tengo problemas, ya no puedo vomitar".-Pendejadas pensé una vez más, pero le contesté, mala manía esa que tengo de contestar siempre a las pendejadas que me preguntan- "si no puedes vomitar es porque estás comiendo muy sano, come cosas podridas y verás que lo vomitas, me corto uno si no".

Uno cuando da un consejo piensa que la persona que lo está escuchando es una persona cuerda, o que al menos, al verlo a uno, no pensará en seguir al pie de la letra ese consejo, bueno, eso pensaría cualquiera de los que lean este texto, pero no, la buena Tania, enmedio de su desequilibrio emocional, pues, me hizo caso, y por la noche llegó a la casa con un pollo, un rico pollo pensé, nada del otro mundo pero comestible, cuando entró con el pollo pensé, "oh, por fin ha decidido alimentar a su perro" pero no, con una mano en el aire me hizo una advertencia que ni se me ocurriera tocar el pollo, que era para ella... en fin, no me interesó, vagué un par de días y regresé al apartamento, es probable que estuviera irritado con la actitud de mi "roomie" pero también es cierto que quería algo de acción ruda y pues decidí volver a casa, siempre es mejor comer en casa, dicen.

Sexo, sexo, sexo, y más sexo, agua y agua, a este paso voy a parecer algo que no soy yo, pero no me importa, la calentura y más aún el darle gusto a mis placeres más bajos me mantenía adelante, bueno, en algún momento debía ir al baño y lo hice, al salir, noté que había algo sobre la mesa, efectivamente, "el pollo".

3 días había estado el pollo sobre la mesa, ya no tenía un par de piezas, pero ahí estaba el pollo, envuelto en una especie de penicilina y en pocas palabras, en estado de descomposición, que asco, claro, es un asco, pero había sido mi consejo y ahora me tenía que aguantar, lo que me empezó a preocupar es que al besarla no había sentido algún olor raro en su boca o en su aliento, pero seguramente era por el vodka que me había bebido.

Sexo, sexo y más sexo, nada de pensar, eso me gusta.

Ah si, a los dos días me quedé sin roomie, algo de gusanos me dijeron, y ella tomó un litro de cloro para limpiarse (y vomintar seguramente), lo bueno es que yo ya estaba desde un día antes en esta ciudad y solo me enteré por el notiver en línea.

Valeria y sus tres amigos chingaron a su madre porque ya me dió flojera seguir escribiendo, luego les cuento de ellos.
Ciao.